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Se pasa en Chile, pero podría ser en Brasil. Un reportaje de Marcela Belchior, Adital - Noticias de América Latina Y Caribe.
Tres sacerdotes de la Arquidiócesis de Santiago, capital de Chile, han enfrentado duras críticas por parte de sectores conservadores de la Iglesia Católica. En los últimos cinco meses, Felipe Berríos, José Aldunate y Mariano Puga han concedido entrevistas a la prensa cuestionando algunos aspectos de la institución. Las indagaciones van desde la postura del clero frente a la reforma educativa del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, hasta la negativa de la institución para debatir el aborto y el rechazo de la Iglesia al matrimonio homosexual. El posicionamiento de los sacerdotes generó repercusiones entre los religiosos del Vaticano.
El último mes de junio, Mariano Puga, señalado como "sacerdote obrero”, afirmó que la Iglesia refuerza la desigualdad entre los pueblos: "La Iglesia, en vez de ser la que destruía el concepto de clases, lo fortaleció: colegios para los pobres, otros para los indígenas, otros para la clase alta”, afirmó el eclesiástico.
Dos meses después de la declaración, José Aldunate, que tiene 97 años de edad y reconocido defensor de los derechos humanos durante el régimen militar chileno (1973-1990), se declaró a favor del casamiento entre personas de mismo sexo. "El homosexual tiene derecho a amar y compartir su vida con otra persona. (...) La Iglesia es anticuada”, dijo el sacerdote jesuita.
Los otros dos religiosos convergen con la postura adoptada por el sacerdote jesuita. El activista y escritor chileno Felipe Berríos que, desde su retorno a Chile en junio pasado –después de pasar cuatro años en Burundi y en el Congo trabajando con los refugiados– mantiene un discurso crítico sobre la sociedad de clases. Él cuestiona acciones gubernamentales como el Proyecto Ley de Reforma Educativa y los conflictos étnico-sociales y económicos por los que pasan los indios mapuche, establecidos en el sur de Chile.
Denunciados al Vaticano por el cardenal Ricardo Ezzati, actual arzobispo metropolitano de Santiago de Chile y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (encargada de asegurar la "correcta” aplicación de la doctrina), los tres sacerdotes son actualmente investigados por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ezzati envió a la cumbre católica un informe enumerando una serie de casos que desafiarían una postura conservadora de la Iglesia, incluyendo las últimas declaraciones públicas de los sacerdotes. Al comienzo del último mes de septiembre, el cardenal convocó a una reunión de trabajo con los representantes eclesiales de Santiago para discutir el tema.
Ezzati, sin aviso previo, llegó a visitar la casa donde viven dos de los tres sacerdotes progresistas, la residencia San Ignacio, en el Centro de la capital chilena, con la pretensión de recoger más datos para incluir en las denuncias. Fuentes próximas a Puga, Aldunate y Berríos afirmaron que los tres sacerdotes habrían enviado un mensaje al nuncio apostólico de Chile, Ivo Scapolo, para solicitar una audiencia y esclarecer la situación de manera conjunta.
"En el espíritu de nuestro querido Papa Francisco y para ser fieles al Evangelio de Jesús (del domingo pasado): si tu hermano peca contra ti, llámalo a solas. Si te escucha, habrás recuperado a tu hermano… Le solicitamos una audiencia”, se señala en un trecho del texto que habría sido redactado por Puga, en nombre de los tres sacerdotes. Después del Sínodo de Obispos, que se inició el último 5 de octubre y sigue por 14 días en el Vaticano, existe la expectativa de que el líder de la Conferencia Episcopal se reúna con el grupo.
